lunes, 20 de abril de 2009

Conversa


-Molaría ser rumiante...
-Molaría ser ardilla...

-Molaría ser rumiante o ardilla...

jueves, 16 de abril de 2009

Estamos en la esquina







domingo, 29 de marzo de 2009

Tango


domingo, 1 de marzo de 2009

Sen título


Sen texto


Sen sentido

viernes, 6 de febrero de 2009

Conversa


-¿Qué es ese ruido?
-Tu dedo en mi oreja.

martes, 20 de enero de 2009

Música: John Zorn




John Zorn, compositor e músico (saxo), salta do jazz máis clásico á experimentación con ritmos hardcore (incluso usando dúas baterías) ou concertos en vivo con proxeccións visuais (en pantalla de cine) e música sintética (cos músicos na penumbra) como fixo o ano pasado cando veu á coruña no ciclo de Jazz da Fundación Barrié. Tamén ten numerosas colaboracións con Mike Patton.



Para rematar, unha patada nos dentes...

jueves, 15 de enero de 2009

Puedo escribir los versos más tristes esta noche


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.”

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta, la tuve entre mis
brazos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
Y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.




Pablo Neruda