miércoles, 29 de agosto de 2007

Literatura: Siddhartha, Hermann Hesse



Miró a su alrededor como si viera el mundo por primera vez. ¡Qué hermoso era aquel mundo! Variado, extraño y enigmático: azul aquí, amarillo y verde más allá; las nubes se deslizaban como el río; el bosque y las montañas conjugaban su estática belleza: todo era misterioso y mágico. Y en medio de todo esto, él, Siddhartha, despierto ya, se ponía en marcha hacia sí mismo. Y todas esas cosas, aquel azul y amarillo, el río y el bosque, penetraron por vez primera en los ojos de Siddhartha: ya no eran los hechizos de Mara, no eran ya el velo de Maya, dejaron de ser la absurda y contingente multiplicidad del mundo de las apariencias, indigna de los profundos pensamientos del brahmán, que las desprecia y sólo busca la unidad. Para él, ahora, el azul era azul y el río era río; y aunque en el azul y el río vistos por Siddhartha subsistiera, latente la idea de unidad y de divinidad, no era menos representativo de la condición divina el ser aquí amarillo, ahí azul, más allá cielo y bosque, y aquí otra vez Siddhartha. El sentido y la esencia no se hallaban en algún lugar tras de las cosas, sino en ellas mismas, en todo.



estracto do libro Siddhartha de Hermann Hesse

lunes, 13 de agosto de 2007

Lapsus Linguae



-Polo centro pasano hai que urbar.


Intención:
-Polo centro urbano hai que pasar.


Maloi